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Gobierno de Nayib Bukele permite que la ENA pase del abandono a la transformación y modernización

Desde 1956, la Escuela Nacional de Agricultura (ENA) ha graduado a 4,169 profesionales en agronomía que siguen activos en el campo laboral, desde sus propias iniciativas o con las instituciones del Estado, para garantizar la producción de alimentos en El Salvador; sin embargo, la labor de la institución académica nunca fue prioridad para las administraciones anteriores, ya que por décadas la dejaron en el abandono.

Para los gobiernos anteriores la ENA nunca tuvo la importancia que le ha dado el Gobierno del Presidente Nayib Buekele, pues con su apoyo y bajo su liderazgo, hoy se ejecutan inversiones y proyectos que le devolverán el prestigio que tuvo en sus años dorados, para convertirse en un referente nacional y regional para la educación, la investigación y el desarrollo agroindustrial.

Con una visión clara del proyecto de país, la directora de la ENA, Odette Varela, dirige uno de los primeros planes que se implementan con el apoyo del Gobierno: la transformación y modernización de la ENA, que contempla la rehabilitación y el suministro de mobiliario básico para siete edificios de dormitorio y uno de aulas y laboratorio, con una inversión que supera los $7 millones.

El desinterés y la negligencia de gobiernos anteriores llevaron a la ENA a un deterioro inimaginable, pese al enorme esfuerzo de todo el personal. “En infraestructura es donde se puede evidenciar este abandono; los jóvenes tenían que dormir en condiciones deplorables, que no garantizaban su bienestar ni una vida académica digna. Desde su construcción, en 1956, los gobiernos no invirtieron en obras maestras para el mantenimiento o reparación de edificios, tampoco se asignaron fondos para ello. Los estudiantes han sido resilientes; por ello, admiro a todos los graduados, por su ímpetu y pasión por el agro”, afirmó la directora Odette Varela.

A esta histórica inversión, se suman otros esfuerzos como la compra de maquinaria agrícola, con la que se fortalece la formación técnica de los estudiantes que aprenden el manejo de estas tecnologías en sus prácticas de campo. “Estamos invirtiendo de forma integral. Vamos a mejorar la infraestructura y también vamos a dotarla de equipos, herramientas y tecnologías para que los estudiantes sean más competitivos al graduarse. Apostamos por implementar la agricultura 4.0”, explicó la directora.

Debido a que la ley de la ENA no se actualizaba desde hace 40 años y para trabajar bajo un marco jurídico adecuado, que permita dar ese salto de calidad, la ENA trabajó en la propuesta de una nueva ley, que está respaldada por el Ministerio de Agricultura y Ganadería y cuenta con la revisión del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología. Con una votación unánime, este 16 de noviembre, la Comisión de Cultura y Educación dictaminó a favor para la creación de la Ley del Instituto Especializado de Nivel Superior Escuela Nacional de Agricultura (Ley IENS-ENA).

Esta nueva ley le permitirá pasar de ser un instituto tecnológico a ser un Instituto Especializado de Nivel Superior, con ello se certificará la ampliación de la oferta educativa, pudiendo otorgar el título de Ingeniero Agrónomo, además del título de Técnico Agrónomo que ya concede; y, en un futuro cercano, ofrecerá maestrías en el área agropecuaria. “Con la transformación de la ENA se da paso a la transformación de la agricultura en El Salvador, porque la escuela es el semillero de los profesionales que necesita el país para garantizar la seguridad alimentaria”, dijo la directora Odette Varela.

Con la Ley IENS-ENA se abre el camino para facilitar la implementación de la agricultura 4.0, adoptando el uso de herramientas, tecnologías y otras disciplinas para la producción. De esta manera también se habilitará la posibilidad de otorgar títulos de Ingeniero Agrónomo con orientación en cuatro áreas:
– Producción animal sustentable
– Agricultura de precisión tecnológica
– Enfoque climático
– Enfoque agroecológico

Gracias a la nueva Ley IENS-ENA, la escuela podrá contar con un presupuesto adecuado que le permita dar continuidad y garantizar el éxito de todos los proyectos e implementar muchos más. “El estancamiento del presupuesto afecta el funcionamiento de la escuela; en los últimos cuatro años, la ENA ha tenido un incremento presupuestario de $315,255; pasando de $1,960,060, en el 2012, a $2,275,315, en el 2022″, explicó la directora Varela, quien añadió que de acuerdo con la proyección y todo el plan de transformación, modernización y actualización, la ENA requiere de un techo presupuestario de fondos GOES de hasta $7.3 millones.

Como parte del proceso de transformación y modernización también se tienen en ejecución y en proceso de implementación otros proyectos históricos:

– Instalación de luminarias led en todo el campus.
– La modernización de la red eléctrica.
– Equipamiento del Departamento de Agroindustrias.
– Registro de la marca Doña ENA, que contempla la remodelación y el nombramiento de la tienda como ENA Market.
– La creación de una bolsa de trabajo para graduados.
– Desarrollo de aplicaciones con la implementación de la agricultura 4.0.
– El plan de conectividad en todo el campus.
– Creación de aulas y una biblioteca inteligentes.
– Generación de energía renovable para el funcionamiento de la ENA

Historia y antecedentes de la ENA

Desde su fundación, el 28 de agosto de 1956, el prestigio de la ENA surgió de la excelencia académica y del riguroso régimen disciplinario que convirtieron a la escuela en un referente regional en la educación agropecuaria; los años de 1960 y 1970 fueron las épocas doradas de la institución, incluso recibía a estudiantes de Guatemala, Honduras, Costa Rica y Panamá.

Para el sector agropecuario salvadoreño la guerra civil abrió paso a su declive, y no fue diferente para la ENA. Como política pública del Estado, desde 1980, la importancia relativa del sector agropecuario se perdió y con ello se dejó de pensar en la preparación de los técnicos agrónomos.

Para los gobiernos anteriores la escuela no fue prioridad; de hecho, durante la administración del expresidente Alfredo Cristiani, se iba a privatizar la ENA al compartir la administración con la Fundación Empresarial para el Desarrollo Educativo (Fepade), ese esfuerzo no lo pudieron concretar. Sin embargo, en 1999, bajo el mandado del expresidente de Armando Calderón Sol, el ministro de Agricultura y Ganadería, Ricardo Quiñónez, firmó un convenio con la Fundación Agropecuaria de El Salvador (Fundagro) para cederles la coadministración de la Escuela durante un período de 50 años.

En este lapso de administración público-privada, específicamente en el año 2000 se cerró el proceso para nuevo ingreso y se especulaba que el presupuesto se utilizaría en becas para apoyar aspiraciones de la juventud, pero en detrimento de las instituciones salvadoreñas especializadas. Fundagro abandonó el convenio que se estableció y la administración volvió a ser de carácter pública.

Los gobiernos de Arena y del FMLN no incrementaron el presupuesto anual de la ENA; desde siempre, ha tenido asignados aproximadamente $3.3 millones, $2.3 de fondos GOES y un millón de fondos propios. Pese a las grandes necesidades y a que el 80-85% del presupuesto se destina para pago de salarios, desde hace 40 años no existe partida presupuestaria para mantenimiento de edificios.